sábado, 8 de abril de 2017

El presente de un posible esclerótico

Me siento totalmente estafado.

Fui al supermercado hace un par de semanas y compré una mermelada de ciruelas, con la esperanza de que, al abrirla, apareciera una ciruela. Nada maravilloso, al menos parte del fruto. Aplastado, pero ciruela al fin.

Hoy, mientras intento retomar la escritura de este blog -que siquiera tuvo una despedida- abro la famosa mermelada, y me encuentro con una compota. No la he probado aún, pero apostaría que no es más que un montón de azúcar, privándome del sabor algo ácido de la ciruela. Gracias, Tía Cata.

Bueno, hecho el reclamo cascarrabias del día, aprovecho de contar que hace un par de semanas tomé vacaciones en el norte del país (o seminorte, este territorio es muy largo). Tuve algunos problemas de habla y escritura, que obvié.

Si lo pienso hacia atrás, creo que fue un error. Llegando a Santiago, fui a consultar a una clínica y me dejaron hospitalizado por una semana. Exámenes por aquí y por allá no confirmaron nada.
Diagnóstico: "Episodio desmielinizante, se sospecha de esclerosis múltiple".
Finalmente me dejaron ir, estoy en casa con un mes (si, 30 días) de licencia, living la vida loca: despierto a las 6 am, me ducho, tomo desayuno y quedo desocupado.


Nota: acabo de probar la mermelada y casi puedo escuchar la glicemia subiendo en la sangre.

Me dieron reposo relativo. Osea puedo hacer lo de siempre, pero relativamente mas despacio, o relativamente a medias.

Y entre las cosas que SI puedo hacer está escribir. No me queda más que ponerme manos a la obra, y darle fuerte a las teclas, a ver que sale.

Escribir un blog es como tirar una botella con un mensaje al mar. Puede que llegue a una ciudad y la prensa te haga muy popular, o puede que le llegue a otro pelotudo en una isla, y terminen siendo amigos por correspondencia.

Ya sea estés en la ciudad o en la isla, eres bienvenido de comentar. Yo haré lo mismo en tu blog.

Saludos, mundo (de nuevo)